Vivimos en un modelo socio-económico que nos ha llevado a una situación límite. Tenemos frente a nosotros innumerables retos personales, sociales, medioambientales, tecnológicos…
Cada vez más personas padecen cardiopatías, cáncer, ansiedad, depresión. El número de suicidios igualmente va en aumento, no sólo entre adultos, también en la infancia y adolescencia. Consumimos más recursos de los que nuestro planeta produce. Estamos sufriendo una invasión de la tecnología sin ser conscientes de sus consecuencias para nuestra salud física, mental y social.
Nos embarcamos en una búsqueda constante de soluciones para problemas que nosotros mismos creamos. Una tarea titánica, ya que cada vez son más numerosos, por lo que sólo somos capaces de poner parches que acaban derivando en nuevos problemas.
Nuestra visión es que realmente el multifacético prisma de problemas se puede reducir a un único detonador de todos ellos: el ser humano no está en el centro de nuestro modelo socio-económico.
De tal forma, podríamos situar como ejemplos de dicha visión:
- El objetivo de una empresa es ganar dinero y crecer. Para ello, entre otros, tiene un departamento llamado recursos humanos. Las personas son un recurso para ganar dinero y no el dinero un medio para las propias personas.
- En objetivo de un colegio tradicional es cumplir con un programa formativo al que todo el ecosistema tiene que adaptarse. El alumnado no es el centro y el programa el que se adapta a los mismos.
- En el centro de nuestro modelo socio-económico está la economía, y no el ser humano.
Los ejemplos anteriormente mencionados suelen derivar en problemas, salvo si alguien es capaz de pivotar y situar al ser humano como eje vertebrador.
Nuestras sociedades no están basadas en un profundo conocimiento del ser humano, y su objetivo no es satisfacer las necesidades innatas que dictan su propia biología. Ese es el origen de muchos de los problemas sociales que nos preocupan y ocupan.
La solución pasa por proponerse la humanización de nuestras sociedades basándonos en un profundo conocimiento del ser humano para satisfacer nuestras necesidades reales. Todo lo demás, incluido el dinero, sólo puede ser un recurso para lograr el mencionado propósito.