Las palabras “desarrollo sostenible” están formando cada día más parte de nuestras vidas y su presencia se irá incrementando en los próximos años. Por un lado, por la emergencia del cambio climático al que nos enfrentamos y, por otro lado, por la atención cada vez mayor hacia la Agenda 2030 de la ONU.
El concepto de desarrollo sostenible se acuñó en 1987 en el informe Nuestro Futuro Común del que también es originaria la siguiente cita que suele usarse para describirlo:
“Está en manos de la humanidad asegurar que el desarrollo sea sostenible, es decir, asegurar que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias”.
Pilares del Desarrollo Sostenible
En aquellos años se definieron los pilares cruciales que deben alcanzarse de manera equilibrada para que podamos hablar realmente de desarrollo sostenible. Se trata del pilar social, del económico y del medioambiental.
El progreso económico de los años 80 trajo consigo una degradación cada vez mayor del medio ambiente, por lo que se empezó a llamar la atención, por un lado, sobre dichos efectos ecológicos nocivos y, por otro, sobre el hecho de que el progreso económico no iba siempre acompañado de un progreso social equitativo.
Ahora, entrados ya en el siglo XXI, este reto sigue cobrando cada vez más protagonismo dado que aún no hemos sido capaces de establecer un verdadero desarrollo sostenible que cumpla los requisitos de equilibrar las tres esferas mencionadas.
De hecho, cada paso que damos en la actualidad viene con un sinfín de consecuencias de las que a menudo no somos conscientes, en gran parte por falta de un conocimiento integrado que nos proporcione una perspectiva más sistémica del alcance de nuestras decisiones en lo que respecta un desarrollo sostenible holístico.
Diagrama de la rosquilla o el donut
Propongo, por tanto, un marco de referencia que podamos usar en la planificación de nuestras acciones. Se trata de la “rosquilla” elaborada por Kate Raworth, economista e investigadora. Este diagrama en forma de rosquilla, o donut, se presentó por primera vez en 2012 en un documento de trabajo para Oxfam.
En esta ilustración se puede ver el espacio verde claro de la rosquilla, un espacio seguro y justo en el que toda la humanidad debería vivir y que es posible gracias a un desarrollo económico inclusivo y sostenible.
Este espacio es el que debemos tener presentes en nuestro día a día cuando reflexionemos y planifiquemos los pasos a dar.
Para tener claros los límites a los que nos enfrentamos este espacio está bordeado por dos franjas más oscuras.
Por un lado, la base social, el círculo interior de la rosquilla, y, por otro lado, el techo medioambiental, el círculo exterior de la rosquilla. Estas dos franjas y los conceptos que se detallan en cada una son las que debemos tener en cuenta e integrar en nuestro proceso de toma de decisiones para asegurar un mundo capaz de hacer realidad un verdadero desarrollo sostenible.